miércoles, 13 de abril de 2016

Burbuja

Encerrado, aislado, solo, seguro. Los sonidos me envuelven, pero no penetran en mi sien. Sentado en un rincón, ganas de encogerme sobre mis entrañas. Maremágnum caótico de sonido irrita mi mente, contagiando sus ganas de explotar, exclamar impasible la rabia que se contiene por los muros del respeto, solo hallable ya en viejas memorias. ¿Cómo sonaría un mundo sin sonido, en el que ni el palpitar de un corazón en la lejanía pueda ser oído, simplemente porque no late por un instante? Un mundo en el que la gran herramienta que avanza incesante pare sus engranajes solo para gozar del ruido silencioso del mundo vacío. 

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